La tarea de educar es, quizás, una de las más importantes y en estos tiempos es fundamental hacerlo concientes, del impacto que puede tener cada clase en el alumno.
La práctica docente nos lleva por un laberinto, que nos motiva, nos inquieta, nos desconcierta, nos atrapa y también nos confunde. Es un desafío permanente para encontrar el mejor camino que nos lleva a la meta deseada.
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